La historia interminable

01.02.2019

Manel Hernández @Manel_Hdez

En ocasiones, cuando una persona está a punto de conseguir un objetivo se queda en el camino a causa de la presión. Esa situación parece vivirse últimamente en el Helmántico por parte de su equipo, pues cuando tiene todo de cara para dar un golpe sobre la mesa y saltar varios puestos de golpe, se queda donde está.

Calderón apostó por la misma defensa que brilló en Ponferrada siete días atrás, una decisión, a priori, que gustaba a la afición charra. Sin embargo, a los 17 minutos todo cambió. Pero vayamos por partes. El Salamanca acumuló un 74% de posesión y completó 546 pases (el mayor porcentaje de la temporada y la segunda estadística más alta de la temporada, respectivamente), cifras que no sirvieron para mucho al comprobar que a los jugadores les faltó verticalidad y les sobraron pases horizontales. Además, el juego por bandas se quedó en nada pese a realizarse 18 centros, ya que los locales demostraron una vez más que les falta un delantero de envergadura (y claro, Fer Ruíz saltó al césped en la segunda mitad pero con la elástica burgalesa).

Owusu, que tuvo la más clara a los siete minutos tras un pase filtrado de Manu Molina que le dejó solo en un uno contra uno que envió demasiado cruzado, terminó siendo el muro de las lamentaciones de los asistentes. Por su parte, el Burgos simplemente se tuvo que encontrar con un regalo pasado el cuarto de hora para doblegar al Salamanca UDS y llevarse tres puntos y el golaveraje. Toño y Carvalho, ante un pressing muy alto de los de Estévez, se pasaron el esférico al borde del área, teniendo el portugués que rifarla con la mala suerte de que Cervero interceptó el balón y consiguió provocar la confusión entre Toño y Sotres, quienes no se pusieron de acuerdo para coger el esférico y dejaron vía libre para que el delantero ovetense se escorase y lanzase a puerta, donde en línea de gol Goti empujó la bola para certificar el 0-1.

A partir de ese momento, los burgaleses dominaron los tiempos, consiguiendo que se jugasen únicamente 48 minutos sin interrupciones. Una estrategia en la que los de Calderón no supieron desenvolverse, quedando a merced de unos visitantes que hicieron inoperativo a los del Helmántico. Y es que, como se lleva tiempo viendo desde las gradas del estadio salmantino, cuando el equipo tiene opciones de dar el do de pecho y alejarse del descenso, se queda en el intento. 

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